Felicitar a todas las personas que nos dan esperanza y que el espíritu y realidades, en aumento de este día, impregne a los 364 días restantes del año.
Viviendo el presente, pensando en el futuro, vuelvo la vista atrás y acabo con un poema de Fermín Herrero, poeta de Tierras Altas de Soria, que sabe plasmar como nadie lo que fueron nuestras madres y abuelas. Mi pequeño homenaje a todas las mujeres de hoy ( sobre todo a Elvira ) y a mi madre, abuela, resto de familia y mujeres del ayer en general.
Estado del bienestar
Con cerca de setenta años y una hernia
discal que nunca se operó, mi madre
está cavando el huerto. La recuerdo
siempre así, sin parar, desviviéndose
por nosotros, sus manos de penuria inquietud
día y noche, la abnegación echada al hombro hasta
dejarlo todo aviado y acabar molida: frota
que te frota ordeñando, acarreando, frota
que te frota barriendo, fregando, vareando
en la era la lana de los colchones, haciendo aulagas
para prender la lumbre y caldear la casa... Siempre
así, sudando como una descosida, sin dar abasto
y pese a todo -igual que el resto de las esclavas
de posguerra- no tiene derecho
a pensión. Cuando puede ver el parte se hace
cruces de lo bien que hablan los políticos.
De Tierras altas, Hiperión, 2006
Viviendo el presente, pensando en el futuro, vuelvo la vista atrás y acabo con un poema de Fermín Herrero, poeta de Tierras Altas de Soria, que sabe plasmar como nadie lo que fueron nuestras madres y abuelas. Mi pequeño homenaje a todas las mujeres de hoy ( sobre todo a Elvira ) y a mi madre, abuela, resto de familia y mujeres del ayer en general.
Estado del bienestar
Con cerca de setenta años y una hernia
discal que nunca se operó, mi madre
está cavando el huerto. La recuerdo
siempre así, sin parar, desviviéndose
por nosotros, sus manos de penuria inquietud
día y noche, la abnegación echada al hombro hasta
dejarlo todo aviado y acabar molida: frota
que te frota ordeñando, acarreando, frota
que te frota barriendo, fregando, vareando
en la era la lana de los colchones, haciendo aulagas
para prender la lumbre y caldear la casa... Siempre
así, sudando como una descosida, sin dar abasto
y pese a todo -igual que el resto de las esclavas
de posguerra- no tiene derecho
a pensión. Cuando puede ver el parte se hace
cruces de lo bien que hablan los políticos.
De Tierras altas, Hiperión, 2006
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