domingo, 21 de octubre de 2012

Actualidad.


Noticia más destacada en "Levante-EMV" de hoy:
" Educación apercibe a directores de centros por no retirar carteles contra los recortes"
Una prueba más, de las muchas que gobierno de rajoy y autonómicos del pp, quieren aplicar para cortar libertades y llevar a instituciones  -y sobre todo a la enseñanza- a formas de siglos pasados y que no era imaginable pudieran repetirse... 
En lo que si  están de acuerdo es en que símbolos religiosos sigan "adornando" nuestras aulas.

Por otra parte dejo  este artículo de opinión que aparece en el mismo "Levante-EMV" de hoy por considerarlo muy acertado:


Lo que nos pasa por dentro

Agustín Zaragozá Granell

  



De buen seguro que los gobernantes ignoran una idea de sentido común, a saber: el mayor capital de un pueblo es el social, y cuando la gente no está bien busca otras salidas (pacíficas, revolucionarias, vengativas o vaya usted a saber, según diversos y variados factores). El estado emocional del profesorado „lo que nos pasa por dentro, como reza el título de un reciente libro de E. Punset„ deviene en una imbricación de indignación, hartazgo, hastío, resignación, rencor y «pesimismo existencial», efectos secundarios todos de los daños morales que sufrimos en nuestra siempre cuestionada y ninguneada labor. Y el ciudadano-espectador ignora el trasfondo de un estado emocional al borde del derrumbe, que conviene esbozar para que, a fin de cuentas, las gentes entiendan las protestas del profesorado más allá de la reducción del salario –que también– sino desde otra dimensión: la reducción de nuestra dignidad y el desmantelamiento de nuestra honorabilidad.
A los profesores se nos considera meros «ningunos». Se reforma una ley educativa „¡van siete!„ y nadie consulta a los implicados directos de esos cambios, como si nuestra tarea fuera mano de obra barata y nuestras cabezas, nuestros juicios, harina de otro costal. Me pregunto si el ministro de Educación y su corte nos consideran tan mequetrefes como para no dialogar, debatir y consensuar ideas. No entiendo de planos arquitectónicos ni de meteorología, pero creo que algo sé de educación. ¿Por qué nadie nos pregunta qué pensamos, qué sentimos, qué proponemos y qué aconsejamos ante la nueva reforma educativa? El profesorado de este país sufre en silencio la incompetencia de los tecnócratas, funcionarios que jamás pisan un aula y cuya realidad es totalmente paralela a la nuestra.
Por si fuera poco, nos borran a golpe de ley los méritos conquistados. El trabajo realizado durante décadas –el «reciclaje»– queda reducido a la nada porque los cursos de formación pasan al olvido con cada reforma educativa. ¿Pero los profesores se forman?, se preguntarán algunos lectores. Bueno, eso parece, a pesar del imaginario colectivo que nos asocia con gandulear y tomar el sol cada tarde no lectiva. Pero hay cientos de docentes que nos encontramos tantas veces en congresos, en cursos del Cefire, también en las Escuelas de Idiomas, sólo somos una minoría para algunos. Pero es incierto.
Lo que nos pasa por dentro a los profesores es que en el mundo de la educación gobierna el desgobierno. Y las consecuencias las sufrimos docentes y discípulos. Las aulas masificadas, profesores que imparten materias lejanas a su especialidad –y nos exigen «calidad»–, masificación, alumnos y familias sin recursos económicos, Departamentos de Orientación que atienden a institutos y colegios enteros sin apenas personal, horarios irracionales „¿cómo aguantan nuestros alumnos siete horas sentados en una silla?„, exigencias académicas improvisadas y a la moda, nos cierran la mayoría de centros Cefire y, al final de los finales, ¿quién es el culpable del caos educativo? Los profesores, por vagos. Y los alumnos, porque son tan vagos que ni estudian ni trabajan. Al final, en el ámbito de la educación, salvo los políticos y sus insensateces, nadie mueve un dedo. Y luego nos preguntarán qué nos pasa por dentro. Si ustedes me entienden, comprenderán lo que nos pasa por dentro: que amamos nuestra labor, la educación, tanto como la desprecian quienes gobiernan.



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